Aunque muchos padres de niños autistas jóvenes, se
quejan de que han sido incapaces de obtener el diagnóstico de sus
niños, tanto debido a que las autoridades locales "no creen en el
autismo", o son "contrarios a las etiquetas", la situación puede
tornarse más placentera para los padres de individuos mayores si se
ha realizado un diagnóstico incorrecto.
Esto puede
tener implicaciones significativas para el tratamiento y localización y
en ciertos casos puede ser mucho más dañino que el no diagnóstico. Esto
no es infrecuente, por ejemplo, encontrar adultos con autismo, mal
diagnosticado como esquizofrenia, los cuales, no es de extrañar que no
hayan respondido a la medicación convencional, por lo que se les
suministra gran cantidad de dosis de drogas siempre crecientes, o
simplemente se los abandona a la custodia de los hospitales
psiquiátricos.
Una de las principales razones de
los errores de diagnóstico, que ocurren en el caso de jóvenes adultos,
es debida a los arbitrarios agrupamientos entre adultos y niños en los
servicios psiquiátricos de éste y seguramente de la mayoría de otros
países. Casi todas las clínicas de niños concluyen al contacto con sus
pacientes una vez que ellos llegan a la edad de 17 o 18 años. Si se
requiere alguna ayuda suplementaria, (frecuentemente no es así) ella se
brindará mediante la remisión a un servicio psiquiátrico de adultos.
Desafortunadamente, muy pocos psiquiatras de adultos tienen
conocimientos precisos de desórdenes del desarrollo del Autismo.
Más
que basar el diagnóstico principal - mente en la historia pasada, como
se ha descrito más arriba, el diagnóstico tiende a estar basado en los
comportamientos observados corriente- mente. Puede ser sorprendente fácil interpretar o construir de manera equivocada
los síntomas corrientes, si la naturaleza de los déficit sociales
fundamentales y de lenguaje que ocultan el desorden no son tenidos en
cuenta.
El diagnóstico correcto puede incluso ser
complicado, por supuesto, debido a que las personas con autismo no son
inmunes a otras enfermedades psiquiátricas como la paranoia, la
esquizofrenia y particularmente la depresión, de manera que, en los
hechos, el clínico puede tener un problema de diagnóstico dual en sus
manos.
Las principales áreas de confusión tienden
a descansar entre el Autismo y la Esquizofrenia, e
incluso en la personalidad psicopatía.
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